

Claves de la áspera relación entre el gobierno de Noboa e indígenas de Ecuador
"Terroristas", dice uno; "autoritario", clama otro. Las protestas contra el gobierno en Ecuador ahondan la tirante relación entre el presidente Daniel Noboa y el movimiento indígena, agravada por un ataque a pedradas contra el auto del mandatario y el asesinato de un manifestante.
La mayor organización indígena del país, Conaie, presiona en las calles desde el 22 de septiembre para que Noboa restablezca el subsidio al diésel, con el argumento de que su eliminación encarece el costo de vida en las comunidades.
En el pasado, los reclamos sociales de los pueblos originarios derivaron en violentas manifestaciones que causaron el derrocamiento de tres mandatarios.
La muerte de un indígena presuntamente por disparos de militares y el ataque contra la caravana presidencial con el supuesto propósito de asesinar a Noboa han sido los puntos más álgidos de las protestas.
Los señalamientos y desacuerdos dejan en un "punto muerto" cualquier intento de acercamiento entre Noboa y la influyente Conaie, señalan expertos que describen la relación como "dura" y "distante".
Estos son los puntos claves para entender qué está en juego en medio de las protestas.
1. Primero el narcotráfico
"Es una de las relaciones más duras y radicales que se ha visto en la historia ecuatoriana reciente, quizás solo comparable con la que tuvo (el expresidente) Rafael Correa con la Conaie", dijo a la AFP Caroline Ávila, analista y profesora de la Universidad Católica de Cuenca.
El izquierdista Correa (2007-2017) echó mano de su popularidad y dividió a los sectores sociales, llamó "mediocres" a sus críticos, los desafió a ganar en las urnas y movilizó organizaciones afines en marchas similares a las que ahora convoca Noboa para mostrar su poder.
Noboa, cuya aprobación es de 52% según la encuestadora Cedatos, tildó a los manifestantes de "terroristas" con los que no se negocia y los acusó de estar financiados por la banda criminal venezolana Tren de Aragua, pero sin presentar pruebas.
Para Ávila estos dichos "insultantes" profundizaron "el quiebre y la ruptura" entre las partes.
Campesinos e indígenas rechazan el gobierno de Noboa concentrado en financiar la costosa guerra contra el narcotráfico. Reclaman un Estado más generoso con los más pobres, rebajar impuestos y mayores presupuestos para salud y educación.
El galón de diésel subió de 1,80 a 2,80 dólares, según el gobierno para frenar que sea traficado hacia Colombia y Perú, principales productores de cocaína.
Un 51% de la población está en desacuerdo con ese reajuste.
2. "Punto muerto"
La Conaie acusa al mandatario de lanzar "discursos de odio" y "racismo" y de ordenar una violenta represión en las manifestaciones.
El catedrático Franklin Ramírez asegura que existe una división dentro del movimiento indígena con sectores que apoyan al oficialismo.
"Esa dualidad o ambivalencia está entrando en crisis" con las protestas, por lo que no hay luces de un posible diálogo, apuntó Ramírez, de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) de Quito.
La Conaie, que hizo retroceder a los gobiernos de Lenín Moreno (2017-2021) y Guillermo Lasso (2021-2023) en sus alzas de combustibles, se mantiene firme en demandar el restablecimiento del subsidio al diésel y la liberación de al menos un centenar de manifestantes detenidos.
"El movimiento indígena o su dirigencia no son vistos como un actor válido, como un actor legítimo para conversar" por parte del gobierno, estimó el analista político Wilson Benavides, de la Universidad Central de Quito.
Eso deja en "un punto muerto" un eventual diálogo, dijo.
3. Estrategia de desgaste
Noboa "entró con la idea de aplastar el paro" de la Conaie desplegando a la fuerza pública para evitar el bloqueo de carreteras, pero luego de casi tres semanas de protestas la nueva estrategia parece ser el "desgaste", según Ramírez.
El gobierno ahora busca "que la población se empiece a cansar y que entre en desprestigio la movilización", sostuvo.
En esa "batalla de narrativas", el mandatario "necesita que le vean a él como víctima, como alguien atacado" y que los manifestantes queden "como los violentos que están interfiriendo con la paz", dijo Ávila en alusión al ataque del martes contra la caravana presidencial. Una estrategia para sumar réditos políticos.
El gobierno denunció ante la Fiscalía un intento de magnicidio, no obstante, las cinco personas apresadas por el caso fueron liberadas por ilegalidades en el proceso de detención. El Ejecutivo tampoco ha mostrado pruebas de los supuestos balazos contra el auto de Noboa.
Un 27% de los ecuatorianos mostró su apoyo a las manifestaciones de la Conaie, lo que "constituye una base social significativa de protesta, que podría convertirse en un factor de presión política y social", según Cedatos.
Los pueblos originarios representan casi 8% de los 17 millones de habitantes de Ecuador, pero según dirigentes la cifra asciende a 25%.
S.Kraus--MP