Erin se convierte en un huracán de máxima potencia al acercarse al Caribe
Erin, el primer huracán de la temporada atlántica de este año, pasó el sábado a categoría 5, la máxima en la escala Saffir-Simpson, mientras avanzaba hacia el Caribe, donde podría provocar inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra.
El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC) indicó que a las 15H20 GMT los vientos máximos sostenidos de la tormenta habían aumentado a 255 kilómetros por hora.
"Erin es ahora un catastrófico huracán de categoría 5", afirmó el NHC.
La tormenta continuaba su avance hacia las Antillas Menores, una región que incluye las Islas Vírgenes Estadounidenses y Británicas, y Puerto Rico.
Convertido desde la mañana de este sábado en un "huracán mayor", de categoría 3 o superior, Erin se fortaleció a lo largo del día pasando primero a categoría 4 y luego a 5.
Las alertas de tormenta tropical seguían vigentes para Saint Martin, San Bartolomé y Sint Maarten.
Según las previsiones, el ojo del huracán podría moverse durante el fin de semana justo al norte de las Islas de Sotavento, las Islas Vírgenes y Puerto Rico.
La tormenta puede llegar a inundar las islas con hasta 15 centímetros de lluvia en zonas aisladas, según el NHC, que también alertó sobre posibles "inundaciones repentinas y urbanas de magnitud local, junto con deslizamientos de tierra o de lodo".
El oleaje generado por Erin afectará partes del norte de las Islas de Sotavento, las Islas Vírgenes, Puerto Rico, La Española (Haití y República Dominicana) y las Islas Turcas y Caicos el sábado y domingo.
Este oleaje se extenderá a las Bahamas, las Bermudas y la costa este de Estados Unidos a principios de la próxima semana, creando corrientes "potencialmente mortales", indicó el NHC.
El NHC pronostica que el huracán virará con dirección norte la noche del domingo.
Si bien los meteorólogos confían que Erin se mantendrá lejos de la costa estadounidense, advirtieron que la tormenta aún podría causar olas peligrosas y erosión en lugares como Carolina del Norte.
La temporada de huracanes del Atlántico, de junio a noviembre, se prevé más intensa de lo normal, según predicciones meteorológicas.
El año pasado, varias tormentas de gran magnitud sacudieron la región, incluyendo el huracán Helene, que dejó más de 200 muertos en el sureste de Estados Unidos.
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), encargada de la gestión del NHC, ha sufrido recortes presupuestarios y despidos como parte de los planes del presidente estadounidense Donald Trump de reducir considerablemente la burocracia federal, lo que ha generado temores de fallos en los pronósticos de tormentas.
El cambio climático, concretamente el aumento de la temperatura del mar causado por la quema de combustibles fósiles, ha aumentado tanto la posibilidad de desarrollo de tormentas más intensas como su intensificación más rápida, según los científicos.
O.Braun--MP